Marcha idiopática de puntitas

La marcha de puntitas es aquella en la que los niños/as en lugar de caminar apoyando todo el pie en los momentos que tocaría, caminan sin apoyar la parte del talón.

Hay niños/as que durante los primeros años de vida caminan de puntitas sin considerarse algo patológico,  porque la mayoría acaban caminando apoyando el pie correctamente  hacia los 2 años de edad.

Hay un porcentaje de niños que pasada esta edad continúan caminando de puntitas, sin encontrarse una causa que motive esta forma de caminar. Cuando esto sucede, se conoce como marcha de puntitas idiopática.

Algunos niños/as pueden presentar este patrón  durante los primeros años de vida, llegando hasta los 6-7 años, pudiéndose resolver de forma natural sin recibir ningún tratamiento.  Sin embargo, hay niños/as que no presentan esta corrección por sí­ solos y continúan caminando de puntitas de manera persistente.

Estos niños/as pese a que parecen preferir caminar de  puntitas, son capaces, al menos los primeros años, de caminar apoyando el  talón en el suelo cuando quieren o cuando se les pide.

En muchas ocasiones en el momento de estar de pie lo hacen con los pies apoyados en el suelo, pero al caminar o correr pasan a hacerlo sobre los dedos del pie. En muchos niños/as esta forma de caminar de puntitas se exagera cuando caminan descalzos o cuando caminan sobre superficies que aumentan sus sensaciones táctiles (baldosas de frí­o, hierba, arena,…).

Este tipo de marcha, por lo general, puede no causar al niño/a dolor o malestar cuando son pequeños, pero si se prolonga en el tiempo o si la marcha de puntitas es muy persistente puede acabar provocando molestias y deformidades.

El riesgo que tienen estos niños/as es el de presentar una reducción en la  flexibilidad de los músculos de la pantorilla, es decir los músculos se vuelven más cortos (acortamiento muscular).

No existe un TRATAMIENTO estándar que funcione para todos los niños/as marcha de puntitas idiopática.  

La FISIOTERAPIA, es un tratamiento que puede resultar de ayuda, junto a otros tratamientos  como la terapia ocupacional, las ortesis,  los yesos seriados y la  cirugía ortopédica.

El tratamiento de fisioterapia está especialmente dirigido ayudar al niño/a a evitar que camine de puntitas y también a evitar o mejorar las contracturas de los músculos de la pantorilla.

Las principales estrategias de fisioterapia son los estiramientos, el fortalecimiento, los ejercicios de movilidad del tobillo y  el entrenamiento de la marcha, siendo para todos ellos importante que el niño/a tenga un papel activo.